domingo, 4 de enero de 2009

Bacalao

Poderoso en el reino del frío, puede vivir en la tierra colgado de maderos, secando al sol y la sal. Se transforma en corteza para despertar en contacto con el agua y el silencio. Respeto y admiración.




Cerca del estanco, sentado al lado de mis achaques veo pasar gente estirando las calles hacia el ayuntamiento. ¿Cuántas calles puedo recordar? ¿Cuántos lugares?
Tantas veces me fui de tantos sitios, tantas de ellas sin decir adiós, que hasta la culpa terminó por abandonarme.

“Movimientos suaves y circulares del barro hasta que el aceite templado retenga tanta luz como refleje. Devolver al mar de gelatina las láminas de ajo tostadas y vestir de domingo los lomos abiertos como hojas de un libro."